Es un territorio de Extremadura donde la naturaleza salvaje convive con el hombre de forma amigable.
Un lugar para la contemplación, que te invita a sentir que la tierra y el cielo no han cambiado desde el origen de los tiempos.
En el Parque puedes disfrutar de múltiples instalaciones especialmente habilitadas para el visitante, donde observar la vida animal en su entorno salvaje.
Desde su declaración como espacio protegido, Monfragüe se ha ido consolidando como un verdadero santuario para observar aves.
Encontrarás en el entorno hoteles y restaurantes para todos los bolsillos así como rutas por las que descubrir la naturaleza en silencio y a ras de suelo.
En el corazón de la antigua Iberia, donde el Tajo y el Tiétar entrelazan sus aguas como serpientes de plata, se alza el reino salvaje de Monfragüe. Sus peñascos de cuarzo rojizo, testigos milenarios del paso del tiempo, se yerguen como gigantes dormidos que custodian secretos ancestrales.
Al amanecer, cuando el sol tiñe de oro líquido los riscos del Salto del Gitano, las águilas imperiales despliegan sus alas majestuosas, trazando círculos perfectos en el cielo como antiguos rituales escritos en el aire. Sus sombras danzan sobre el manto verde de alcornoques y encinas centenarias, que susurran historias en un idioma tan antiguo como la propia tierra.
Los buitres negros, guardianes eternos de estas alturas, han construido sus fortalezas en las cornisas más elevadas, donde el viento canta nanas a sus polluelos. Sus siluetas recortadas contra el horizonte son como las letras de un alfabeto primitivo que solo la naturaleza sabe interpretar.
En los valles profundos, donde la dehesa extiende su tapiz esmeralda, los ciervos emergen como espíritus del bosque entre la niebla matinal. Sus bramidos resuenan en el valle como el eco de tambores antiguos, llamando a la vida salvaje a despertar de su letargo.
El agua, artesana incansable, ha esculpido durante milenios los acantilados de cuarcita, creando un anfiteatro natural donde cada atardecer se representa el espectáculo más antiguo del mundo: la danza de la luz sobre las aguas del Tajo, que fluyen como la sangre por las venas de esta tierra indómita.
En las noches estrelladas, cuando el silencio solo es roto por el ulular del búho real, Monfragüe revela su verdadera esencia: un santuario donde la naturaleza aún gobierna con la sabiduría de los siglos, donde cada piedra, cada árbol, cada gota de agua cuenta una historia de supervivencia y belleza salvaje.
Esta es la tierra donde los elementos danzan en perfecta armonía, donde el tiempo se mide por el vuelo de las aves y las estaciones se escriben en el lenguaje de las flores silvestres. Monfragüe no es solo un parque; es el último verso de un poema épico escrito por la naturaleza misma en las páginas eternas de la tierra extremeña.
La Hospedería de Monfragüe es un hotel integrado perfectamente en el entorno del Parque Nacional, construido con materiales nobles y un estilo moderno que nos recuerda a los albergues de montaña y se conjuga perfectamente con la tradición extremeña.
El edificio, en su innovadora factura arquitectónica, de pizarra, madera y cemento, inspira los aires de albergue de lujo igualmente en el interior, como una decoración minimalista con muebles y alfombras de Mariscal o Le Corbusier, y pinturas de modernos autores extremeños como Vostell o Canelo.
Llegada a partir de las 14:00H hasta las 22:00H
Salida a partir de las 7:00H antes de las 12:00H
Se admiten perros de hasta 15Kg, suplemento de 15€ por noche y perro, un maximo de dos perros por habitación.
Otros hoteles que admiten perros en ExtremaduraEl comedor es luminoso y abierto a los amplios horizontes del Parque, la cocina inspirada en
la tradición extremeña basada en sus rica materia prima, se presenta con un toque sofisticado y moderno.
Lo mejor de nuestros ríos y costas, La Dehesa y la huerta hecha poesía en el plato para el deleite de todos los sentidos.
Las mejores carnes de Extremadura acompañadas de los delicados frutos de la tierra en maridaje con sus buenos vinos.
Construido en un espacio abierto con amplias zonas verdes, piscina y zona de Spa.
En el interior los salones están decorados con muebles de autor y cuadros de pintores extremeños.
Espacios cálidos y confortables con amplios vanos de luz y vistas espectaculares.
Las habitaciones son muy luminosas y cálidas con una decoración sencilla y funcional donde se imponen los materiales como madera, hierro, pizarra y hormigón. La cama de matrimonio es de dos por dos metros, en una sola pieza y con un colchón muy cuidado. El mobiliario se completa con una nevera mini bar, una televisión plana de 32 pulgadas y un gran armario con caja fuerte. los suelos y techos de madera aportan un plus de confort a las habitaciones. El hotel dispone de 46 dobles estándar, 2 adaptadas, 4 dobles con salita y 4 dobles superior y 4 dúplex.
El baño es amplio y acogedor con buena iluminación, decorado con gresite, dispone de bañera con ducha de lluvia, completo set de productos de higiene, secador y amplios espejos.
Si has reservado con Booking te estarán esperando en la recepción y solo tendrás que realizar los trámites de admisión habituales. Puedes abonar todo al finalizar tu estancia en el hotel, tanto en efectivo como con tarjeta.
Está incluido en el precio de la habitación (Segun tipo dereserva), se sirve de 8:00h a 10:45h y consiste en un surtido de embutido y queso, unas piezas de fruta, un plato de bollería, tostada, café y zumo de naranja.
Si eliges media pensión puedes disfrutar de una comida en el comedor del restaurante, la carta está formada por 4 primeros, 4 segundos y otros tantos postres.
En verano tendrás que darte una vuelta por la piscina y disfrutar de las amplias zonas de césped para tomar un refresco. Infórmate de más actividades como la posibilidad de hacer piragüismo, senderismo etc...
En las tierras antiguas de Extremadura, allá donde el sol toca con sus dedos de fuego las encrespadas laderas y los valles profundos, existe un reino eterno y misterioso: el Parque Nacional de Monfragüe. Entre sus colinas, que emergen como gigantes dormidos en el verde mar de la vegetación, laten historias de tiempos remotos, de leyendas que se cuentan al caer la tarde, cuando la niebla se despliega como un manto blanco sobre la espesura.
En Monfragüe, el río Tajo y su fiel compañero, el Tiétar, serpentean y atraviesan las entrañas del parque, arrastrando siglos de secretos y nutridas historias. En sus riberas crecen alcornoques y encinas que, como sabios guardianes de corteza rugosa, observan el paso de las estaciones. Aquí los árboles no son solo árboles; son ancianos de mirada solemne, cuyas hojas susurran secretos a la brisa y cuyas raíces beben de la tierra antigua, cargada de memorias y de vida.
Los cielos de Monfragüe son un escenario majestuoso para el vuelo de sus nobles habitantes. El águila imperial se eleva en círculos sobre las rocas, acariciando el cielo como si buscara tocar el mismo corazón del sol. Mientras tanto, el buitre leonado, guardián de las alturas, despliega sus alas como una sombra que cubre los abismos, observando desde las alturas las historias que se tejen en el valle. En los riscos y acantilados, las cigüeñas negras anidan, guardando el equilibrio entre el cielo y la tierra, entre el misterio y la verdad.
Cuando llega la primavera, Monfragüe despierta en un estallido de colores, como una alfombra tejida con los hilos de mil flores. Las jaras se visten de blanco y rosa, y el aire se llena del perfume dulce del romero y del tomillo. Las abejas zumban en un concierto de vida, celebrando la abundancia, mientras los ciervos cruzan los senderos como sombras gráciles, dejando huellas en el barro húmedo que la luna iluminará en las noches de plata.
En la quietud de la madrugada, Monfragüe se convierte en un santuario de paz, donde solo el murmullo de las aguas y el trino lejano de los pájaros rompen el silencio. Bajo el cielo estrellado, los animales salvajes susurran su llamada ancestral, un canto que retumba en los peñascos y se pierde en los matorrales como un eco de antiguas manadas.
Este parque es más que un paraje natural; es un símbolo de resistencia, de vida salvaje que ha vencido el paso del tiempo. En Monfragüe, cada árbol, cada piedra, cada ave es parte de una sinfonía natural que canta a aquellos que saben escuchar, aquellos que buscan en sus entrañas la promesa de una aventura y el abrazo eterno de la naturaleza intacta.
El Parque está organizado en torno al pequeño pueblo que sirve de recepción del visitante, Villa Real de San Carlos donde está la oficina de información y el centro de interpretación. Desde aquí puedes iniciar varias rutas de senderismo y localizar varios observatorios de aves. Visita obligada es subir al castillo desde donde tendras una increible vista panorámica del parque.
La ciudad de Trujillo se encuentra al Sur del Parque a 50 Km Esta ciudad medieval es un
museo viviente de la historia de España pues por aquí han pasado todas las civilizaciones
que han dominado la Península desde la prehistoria. En Trujillo hay múltiples restaurantes
y actividades turísticas que serán un complemento ideal a tu visita. No olvides visitar la
Iglesia de Santa María la Mayor con su magnífico retablo de pintura flamenca.
Recomendamos el alojamiento en un encantador convento de monjas reconvertido en
www.paradordetrujillo.com
un lugar con encanto y mucha paz.
La ciudad creada para el placer de los dioses y los hombres se encuentra a 35 Km al norte del Parque. Visita obligada es la catedral y la Plaza Mayor. Hay numerosos bares y restaurantes donde disfrutar de la gastronomía local. El www.paradordeplasencia.com es uno de los lugares privilegiados de la ciudad.
La ciudad Patrimonio de la Humanidad tiene un entorno monumental que bien vale un paseo y
si quieres darte un capricho nada como comer en el Atrio. Cáceres es una ciudad joven
con muchos locales de copas y muy buen ambiente. Cada año se celebran multitud de eventos
en la calle de la ciudad. Uno de los hoteles que recomendamos es www.palacioarenales.com que esta ubicado en un bello palacio a las afueras y ofrece SPA incluido en el precio de la habitación.
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La cama enorme y muy confortable. Por supuesto la fantástica ubicación y vistas a parte de la amabilidad del personal. Muy bien insonorizado. Algo mas que un alojamiento por un precio razonable.
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La ubicación al pie del parque nacional de Monfragüe, diseño, funcionalidad, comida, elección gratuita de almohadas, gran aparcamiento y desayuno muy completo. Todo hace que sea una buena elección para visitar Extremadura.
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Muy bien situado, a nada del Parque de Monfragüe. Es un lugar que transmite paz. Arquitectura muy bien integrada en el entorno y que decir del SPA. Lo recomiendo. El personal muy amable y atento en todo momento.
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Habitación muy cómoda y espaciosa. El entorno natural, la tranquilidad y el parque, la puesta de sol espectacular y las estrellas por la noche. Todo muy romantico. Muy recomendable para pasar unos días de relax.
Hospedería Parque de Monfragüe ****
Carretera Plasencia-Trujillo Km. 37, 10694 Torrejón el Rubio, España
Latitud: 39.780950 (39º 46' 51.42" N) Longitud: -6.015531 (6º 0' 55.91" W)
Esta Web es una iniciativa de Viajados.com inspirada en nuestra propia experiencia en la Hospederia de Monfragüe.
No es la web oficial del establecimiento ni esta financiada por el mismo.
Nuestras opiniones son objetivas y personales basadas en la experiencia vividas en el hotel donde cada año pasamos unos dias,
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